viernes, 27 de septiembre de 2013

PRÓXIMA ESTACIÓN…


…Y el mazo sonó de la mano de nuestra querida y anterior ujier de armas Teresa Rubinat que en esta sesión substituyó a  Dani (que resulta que está disfrutando de unas merecidas vacaciones.). ¡Y cómo sonó! ¡No ha perdido pulso nuestra Teresa! Tras hacer las observaciones de rigor con su potente voz y su radiante sonrisa dio paso a nuestra presidenta Judit que entre otras cosas pidió una persona voluntaria para bloguero… ¡y aquí estoy yo tecleando este post!

Judit, muy contenta y satisfecha, destacó el hecho de que lo roles están cubiertos para el torneo local de la semana que viene. ¡Ole con la participación activa del personal!

Y entró en escena la Toastmaster de la sesión, Regina. “¿Os habéis dado cuenta de que no hay tantas horas de sol y que hace más fresquito?” – Nos preguntó retóricamente- “¡Anda, pues es verdad!” –me dije yo- “¡Hemos cambiado de estación!” – Nos aclaró. Y entonces empezó a tararear la melodía de la Primavera de Vivaldi acompañando de cierto contoneo corporal que recordaba  ligeramente a Axl Rose de Guns and Roses. ¡Ole qué arte!

Regina jugó con el símil de las cuatro estaciones del año para introducir las distintas partes de la sesión. Así la primavera se había iniciado con la intervención de nuestra presidenta y continuaba con la explicación de los roles por parte del equipo técnico que los presentó como “mis amigos”. ¡Qué, pero qué, bonito!

Sus amigos, y nuestros también, del equipo técnico fueron: Isaac, Cristina y Rayane, por orden de intervención. Explicaron a la perfección sus roles y jugaron con el símil propuesto por Regina. La palabra propuesta por la gramática Rayane fue “ánimo” y animó a usarla a todas las personas que intervinieran en la sesión.

Y, como dijo Regina, ¡llegó el turno del verano con dos discursos como soles!  El primero de ellos fue el “rompehielo” de Catalina. Con una encantadora sonrisa nos pidió que colaboráramos con ella, advirtiéndonos que en caso de no hacerlo nos mostraría su arte de cinturón negro. ¡Por supuesto colaboramos! A partir de ahí nos obsequió con un emotivo discurso titulado “Catalina y el equipaje de la vida”.

En él nos explicó el choque cultural que supuso para ella llegar a Barcelona. Que además de resultar que se habla catalán, parece ser que cuando pedía un “bocadillo” pensaba que le iban a dar dulce de guayaba! Pero lo esencial fue que se dio cuenta que en su maleta había cosas innecesarias y en cambio le faltaba lo más importante: la familia y los amigos. 

“Las cosas más lindas no entran en la maleta”, nos dijo. (¡Se me vuelven a erizar los pelos depilados de mis brazos!)  Y acabó animando a la audiencia a hacer dos cosas Una, sonreír a un extranjero (incluidos los de Madrid) y dos, revisar el equipaje de nuestra vida.

El siguiente discurso veraniego corrió a cargo de Blanca que nos presentó su segundo discursos titulado La isla de los cinco faros, basado en la lectura del libro homónimo de Ferran Ramón Cortés. Blanca nos transmitió sus reflexiones sobre este libro. Lo hizo de manera clara y aportando ejemplos y anécdotas personales para cada uno de los puntos expuestos. Y lo que le quedó claro fueron tres cosas:
Primero; un mensaje ha de transmitir una sola idea. Como las bodegas que visita como enóloga que es ella y le saben transmitir la pasión con que cuidan la cosecha. Eso hace que cuando llega la hora de la cata, le sepa mejor el vino. ¡Toma ya! 

El segundo; es necesario adaptar el lenguaje al nivel de la audiencia. ¡No como su profesor de química enológica en Francia que parecía que hablara en klingon! Cuando le fue a reclamar que no entendía nada debido, probablemente a su condición de extranjera, su profesor le respondió orgulloso: “tranqui, los alumnos franceses tampoco me entienden”. ¡Profesional, muy profesional! 

El tercero; La mejor manera de persuadir es invitando, no imponiendo. Y recordó el rechazo que le producen las personas que no respetan esta premisa. “¡Venceréis pero no convenceréis!” que decía el sabio Unamuno.

Y llegó el otoño de la sesión con los evaluadores Gerard e Iñaki. Gerard empezó con lo que los oradores romanos llamaban captatio benevolentiae, asegurando a Catalina que seria prudente en su evaluación dado el color de la noche de su cinturón de artes marciales. Iñaki por su parte supo apreciar la progresión de Blanca y le ayudó a mejorar para el siguiente discurso.

Regina dijo que todo otoño tiene su parte divertida… ¡Halloween! (¡Y yo que pensaba que era la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado!) Y dio paso a la maestra de improvisaciones, Isabel. Ella el otoño lo asociaba de pequeña a dos olores: el primero; el olor de Barcelona a castañas y boniatos asados. Y  segundo, a bosque húmedo en la época de setas.

Los improvisadores fueron:

  1. Ambros que resultó ser un esquiador que se topa con un tipo teletransportado desde el trópico, al que le tiene que explicar qué es la nieve. La gran frase de Ambros: “la nieve… ¡la nieve es!” (¡filósofo!)
  1. Magda que le explicó a su tatarabuelo, que acababa de descongelarse por un fallo técnico, que hacer top less era normal y le animó a disfrutar del siglo XXI yendo a una playa nudista. (¡El hombre se quedó helado!)
  1. Brock que se encontraba en una reunión de trabajo con una conjuntivitis debido a una alergia y tenía que explicarle a su jefe por qué no se había reído del chiste que acababa de contar, tal y como habían hecho los demás. Brock le propuso volverse a reunir otro día para poderse reír a gusto.
  1. Un invitado de cuyo nombre no puedo acordarme y que tenía que pedir disculpas a su vecina porque su hija la había manchado al pisar un charco con sus botas de agua nuevas. La gran frase del invitado de cuyo nombre no puedo acordarme: “La mancha es bella” (¡ole, ole y ole!)
Y llegó la parte invernal de la sesión con la entrada en escena de Sandra como evaluadora general y el informe del equipo técnico. ¡Tan solo una persona no estuvo en el tiempo!, ¡se cometieron pocas muletillas! y ¡la palabra “ánimo” fue muy utilizada! Sandra por su parte reparó en el hecho de que no se había dado espacio para el chiste al inicio de la sesión y no se había producido la introducción de los objetivos de cada discurso. Por lo demás sobresaliente. (Yo que estuve ahí, doy fe.)

El final del invierno llegó con la intervención de nuestra Presidenta, los comentarios de los invitados y el mazazo de una sonriente Teresa tras invitarnos a relacionarnos en el bar.

P.S.: Saben aquel que diu que es un tío que va a buscar trabajo a una empresa y el gerente le dice: “mire ahora empezará ganando mil euros y más adelante ganará tres mil”. Y el tío le contesta: “¡vale, pues ya vendré más adelante!”

Óscar.

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