jueves, 28 de febrero de 2019

27 de febrero.


El golpe seco del mallete dio inicio a la sesión a las 7:47 de la tarde. Fue un sonido seco, pero suave, al cual siguió el contagiante entusiasmo de Álvaro Fernández, nuestro Sargento de Armas, quien dio las pautas y dio inicio la velada del 27 de febrero en el Barcelona Toastmasters Club.

A continuación, la palabra — ese bien tan preciado en la sesión de los miércoles — la tuvo Isabel, la presidenta del club, que con su potente carisma encendió aún más los ánimos de una noche que de por sí ya prometía:  tres discursos en español, en distintos niveles y con personas que en el escenario ya habían demostrado, con creces, su capacidad oratoria.

 Jaume Albiol, el Toastmaster de la noche, se presentó a sí mismo con una sátira y planteó la temática de la noche: los vinos. A la pregunta ¿Cuál es tu vino favorito? cada uno de los miembros del equipo técnico, conformado por Sonia, como ah - counter, Sebastián como Grammarian,  Adaliz, autodenominada “La diosa del tiempo”  — Timekeeper — , y Ricardo, como Blogger, dieron una apreciación muy personal. El escriba, incluso, desafió la interrogante:

— Yo prefiero un buen pisco — dijo.

Los discursos

La sesión de discursos se inició con la felicidad: tema principal de la presentación de Nina Peralta. Bajo el título “Sí a la vida, sí a lo que es”, nos condujo a lo largo de un mensaje muy bien elaborado — sobre lo bueno y mejor que es el arte de vivir —  que cumplió a cabalidad con el requisito para la presentación: hablar sobre un tema motivacional con un tópico escogido por la participante. Un mejor manejo del espacio y frases más elocuentes, hubieran dado mayor profundidad a lo que de por sí fue una alocución notable.

Emilie Jackleton también cumplió en su paso en el escenario: bajo el título “¡Qué gran lección!”, nos hizo una presentación bastante íntima, arropada bajo el manto de una experiencia personal,  en la que además de entretener a la audiencia, produjo un impacto máximo por el llamado que hizo a los presentes cuando cerró con una frase de por sí potente: hay que evitar los machismos en todos los entornos, incluso en los mensajes móviles, porque estos pequeños actos pueden salvar una vida. Un buen conocimiento del mensaje, un mejor uso del escenario y los gestos hicieron de este un discurso imperdible.

La tercera y última entrega estuvo a cargo de Sandra Almeida, que bajo el título “Un final de cine”, nos dio cátedra con un discurso sobre cómo elaborar un buen discurso. La experiencia de Sandra sobre el podio hizo que su presentación fuera una clase de primer nivel para todos aquellos que vamos en el camino de la oratoria y la superación, y gustó mucho no solo por la temática, el talante alegre e disruptivo, con momentos y frases que realmente calaron en la mente del oyente, sino y también por el manejo del escenario, por el uso de un lenguaje corporal que se ajustaba milimétricamente a cada palabra y por el final, que nos invitó a todos a dar un golpe de gracia con finales ocurrentes en los discursos.

El mallete dio nuevamente ese golpe seco, dulce, a las 9:15 de la noche, dejando a todos los presentes con el ánimo satisfecho, prestos para continuar la velada en el bar a espaldas del lugar y con una pequeña ansia porque llegue ya, pronto, un miércoles más.

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