sábado, 29 de junio de 2013

Si es Glamour Mediático, es The Weekly Toast



Hace un tiempo, en un post lejano, hablé sobre la glamurosa vida del Toastmaster. Por aquel entonces pudo haber dudas sobre nuestra condición de figuras mediáticas; nuestra esfera de influencia terminaba poco más allá del Bar de la Torrada y, aunque teníamos potencial, nos faltaba la chispa, ese empuje inicial hacia el estrellato.
El miércoles pasado, todo cambió.
Ruido de máquinas de escribir, teléfonos, faxes… la actividad era frenética. Las últimas noticias no paraban de sucederse y los miembros del rotativo The Weekly Toast parecían un enjambre. Las dos directoras del periódico, nuestras presidentas Marion Chevalier y Judit Permanyer, se afanaban en saludar a la prensa –el periódico ARA.cat nos honró con su presencia- y a los invitados llegados para experimentar un día en nuestra redacción. Había tinta, había fotos… nuestro destino aguardaba.
En seguida intervino el redactor en jefe Rubén Martínez-Fanals, que describió a la perfección nuestra misión y motivo de existencia como medio. Nos habló sobre las distintas secciones que lo conforman e introdujo a los correctores técnicos, encargados de que nos ajustemos al espacio disponible –Nacho Téllez-, usemos frases con contenido y sentido, sin muletillas –Isabel Valdivieso- y deleitemos a nuestros lectores con un lenguaje correcto y un fondo veraz –Teresa Rubinat. “Veracidad”: el motto del Weekly Toast.
Luis Alberto López propuso en las primeras páginas un trabajo de investigación acerca de los dibujos animados y su relación con la educación y los valores. Luis Alberto rememoró con una gran habilidad tanto series recientes como Bob Esponja o Dora Exploradora como los campos de fútbol de proporciones imposibles de Campeones. Su artículo llegó al clímax filosófico cuando se preguntó si algún día el Coyote atraparía al Correcaminos. ¿Qué opináis?
Uno de nuestros columnistas culminó el pasado miércoles una trayectoria destacadísima en la redacción y lo celebró con su décimo discurso. Christian Clottu nos contó cómo sus inicios en esto del periodismo fueron algo accidentados, pero en cierto momento encontró un mentor que dio la vuelta a sus ideas: en vez de hacer... ¿por qué no empezar por el objetivo y nos centramos en el ser? Cuando seamos, haremos. Christian es, y por eso hace, Competent Communication. Lo lleva en la sangre: sus iniciales coinciden con las del título alcanzado. Enhorabuena, CC2
Escribimos y nos leen. Tenemos una idea de cómo escribimos, pero nuestros lectores a menudo tienen otra, bastante distinta, sobre nuestros artículos. Marion Chevalier reflexionó acerca de la importancia de tener en cuenta no solo nuestra propia opinión sino la de los demás a la hora de liderar. Para ella, este cambio de paradigma ha supuesto buscar su propio estilo, cosa que expuso de manera valiente y con su claridad, fuerza y brillantez habituales. “Conócete a ti mismo”, dijo Sócrates, quien no es miembro del Weekly Toast por una cuestión meramente cronológica.
En nuestras tiradas tenemos por norma el control de calidad: nos ayuda a seguir mejorando los ejemplares y permite a experimentados compañeros como Oscar González, Javier Macías o Joan Fabregat dar indicaciones de los puntos fuertes y los puntos a mejorar en cada discurso. Una vez más, dieron ejemplo de cómo hay que hacer esta tarea.
Nuestra sección de pasatiempos es un tanto peculiar: en vez de sudokus, ajedrez o crucigramas, optamos por la diversión improvisada. Nos fuimos de rebajas con Judit Permanyer, quien entregó unas prendas a los voluntarios –algunos más voluntarios que otros- para que convencieran a sus parejas o amigos de que se las compraran. ¡Sin duda una gran habilidad que dominar! Blanca Ozcariz, Rayanne Bachammar y Asun Cabezas nos convencieron a todos; diría que vi a varios integrantes de la redacción sacar las tarjetas de crédito, pero no encontraron la Caja y finalmente desistieron. Creo.
La sesión llegó a su final con las evaluaciones del equipo técnico y la siempre sólida evaluación de la redactora general Ana Villar, que nos dio muy buenas pautas para seguir mejorando la redacción; el objetivo es que nuestro ‘entorno de trabajo’ sea lo más efectivo y agradable posible.
Y entonces, estalló. Los periodistas huéspedes se agolpaban en las cabinas de teletipos y mandaban urgentemente a sus redacciones la señal de que pararan todas las prensas. La noticia ya era; Toastmasters mostraba al mundo el glamour mediático de un grupo positivo, fuerte, divertido y veraz, donde todos los que lo redactan siguen buscando, cada semana, su forma y estilo personales, enriqueciendo con la suma cada uno de nuestros ejemplares.

Isaac Riera (Edición Digital)

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